Digitalización con propósito: por qué no basta con tener tecnología

En la última década, miles de empresas se han embarcado en proyectos de transformación digital invirtiendo en nuevas tecnologías. Sin embargo, muchas se topan con una dura realidad: adoptar la “última” tecnología no garantiza resultados si no hay un propósito claro detrás. Estudios muestran que hasta el 70% de las iniciativas de digitalización no logran sus objetivos (bcg.combcg.com), a menudo porque se enfocan en qué tecnología implementar en lugar de por qué y para qué. En este artículo exploramos cómo alinear la transformación digital con un propósito empresarial es la clave para el éxito. Veremos por qué la tecnología por sí sola no basta, el rol crítico del liderazgo y la cultura, casos de empresas que lo han hecho bien (y mal), y cómo redefinir tu estrategia digital empezando por el “porqué” de tu negocio.

Introducción: tecnología sin dirección, esfuerzo desperdiciado

Imagina una pyme que implementa un nuevo CRM, lanza una app móvil y migra sus datos a la nube, todo porque “hay que digitalizarse”. Pasan los meses y no ven mejoras sustanciales: los empleados no usan el CRM correctamente, la app no engancha clientes y los procesos siguen igual de lentos. ¿Qué salió mal? La empresa cayó en la trampa de centrar la transformación en tener tecnología en vez de en lograr un propósito. Como señala Simon Sinek, “empieza con el porqué”: las organizaciones deben tener clara su razón de ser y sus objetivos antes de elegir herramientas. La digitalización con propósito consiste en aplicar la tecnología allí donde potencia la estrategia de la empresa – ya sea mejorar la experiencia del cliente, acelerar la entrega de productos, escalar eficiencias o innovar en el modelo de negocio.

Las cifras subrayan el problema: en una encuesta global de 2019, solo ~10% de las empresas que iniciaron transformaciones digitales consideraron que tuvieron mucho éxito (digitalhouse.com). La gran mayoría se quedó corta. ¿La principal causa? No fue la tecnología, sino la falta de una visión y cambio cultural. De hecho, el 55% de los líderes encuestados señalaron la cultura como un desafío significativo, mientras menos de un tercio citó la tecnología como obstáculo importante (digitalhouse.com). Es decir, “lo duro” no fue instalar sistemas, sino alinear a las personas y procesos con un nuevo modo de trabajar. Esto nos anticipa que la clave está en liderazgo y propósito.

Liderazgo con propósito: la visión guía la transformación

Una transformación digital exitosa comienza en el despacho de dirección, no en el departamento de TI. Los líderes deben articular claramente el propósito de la transformación: ¿Qué problema de negocio crítico resolverá? ¿Qué meta aspiracional busca (ej.: “ser la empresa más fácil de hacer negocio en nuestro sector”)? Este propósito actúa como estrella polar que orienta todos los esfuerzos. Los proyectos digitales dejan de ser “caprichos tecnológicos” para convertirse en palancas de la estrategia. Un informe de Harvard Business Review y Red Hat concluyó que “la clave del éxito de toda iniciativa de transformación digital radica en el compromiso del equipo directivo y el cambio cultural de la empresa” (digitalhouse.com). En otras palabras, la alta dirección debe estar no solo involucrada, sino liderando con el ejemplo: comunicando constantemente el “porqué” a toda la organización y tomando decisiones coherentes con ese rumbo.

Un liderazgo con propósito también implica priorizar. En lugar de múltiples frentes dispersos, las empresas que triunfan suelen enfocarse en unas pocas iniciativas digitales alineadas a su propuesta de valor. Por ejemplo, la cadena de moda Zara digitalizó agresivamente su cadena logística y análisis de ventas para cumplir su propósito de “moda rápida y disponible”, mientras que no gastó en app sociales extravagantes que no aportaban a esa promesa. Contrasta con casos como ciertas cadenas minoristas que invirtieron millones en tiendas futuristas con tablets y realidad virtual, pero descuidaron integrar el stock online con tienda – fallando en disponibilidad de producto, que era lo que realmente importaba a su cliente. El liderazgo debe filtrar las modas y decir no a proyectos atractivos pero no alineados. Digitalizar con propósito es tan importante como decidir qué no hacer.

Cultura y personas: transformación, no solo digital sino organizacional

La frase “la cultura se come a la estrategia para desayunar” aplica perfectamente aquí. De poco sirve una nueva tecnología si la gente no la adopta o, peor, la boicotea. Muchas transformaciones digitales fallan porque intentan injertar herramientas modernas en culturas antiguas. Es indispensable trabajar la mentalidad y capacidades de la organización en paralelo a la tecnología. ¿Qué significa esto en la práctica?

Primero, involucrar a los empleados desde el principio. Cuando el equipo entiende el porqué del cambio (mejorar la atención al cliente, facilitar su propio trabajo, crecer para ofrecerles estabilidad, etc.) y se le forma para ello, la resistencia disminuye. En empresas que lograron transformaciones exitosas, el 85% de los empleados afirmaron comprender la dirección y se mostraban alineados con las recomendaciones de consultores y expertos (digitalhouse.com). En cambio, en organizaciones fracasadas, imperó la confusión o el miedo (“¿perderé mi puesto con esta automatización?”).

Segundo, abordar la brecha de habilidades. La digitalización con propósito suele requerir nuevas competencias: análisis de datos, metodologías ágiles, uso de ciertas herramientas… Si no invertimos en capacitación, es como entregar un Ferrari a alguien que no sabe conducir. Muchas empresas están creando “Academias Digitales” internas para reciclar al talento existente en roles del futuro, en lugar de solo intentar contratar talento externo (escaso y caro).

Tercero, fomentar una cultura de innovación y aprendizaje continuo. Un rasgo de las empresas con propósito digital es que permiten experimentación (con ciertos límites) y no penalizan el error honesto. Esto anima a los equipos a adoptar las nuevas soluciones y aportar ideas de mejora. Al contrario, en culturas rígidas donde cualquier fallo se castiga, los empleados evitan usar las nuevas herramientas por temor y la transformación nunca despega.

Un estudio de MIT y Harvard destaca que las empresas que integran propósito y cultura en su transformación superan a sus competidores en métricas de innovación y rapidez de adaptación (digitalhouse.comdigitalhouse.com). Por ejemplo, Microsoft en su giro estratégico a la nube (liderado por Satya Nadella) no solo cambió productos, sino que inculcó una cultura de “mentalidad de crecimiento” en empleados, alentando la colaboración y aprendizaje. El resultado fue el renacimiento de la compañía. En cambio, otras tecnológicas que tenían productos comparables fracasaron porque mantuvieron silos internos y culturas de rivalidad que las lastraron.

Caso ilustrativo: dos caminos opuestos

Veamos un ejemplo ficticio basado en hechos reales. Empresa A, una compañía tradicional de servicios financieros, decide “volverse digital”. Compra software caro, lanza una aplicación móvil y contrata consultores. Pero su dirección no comunica una visión clara; los empleados sienten la iniciativa como impuesta. Al poco, la app tiene baja adopción por clientes, internamente nadie confía en los nuevos dashboards de datos y la inversión no se recupera. ¿Por qué? La transformación se planteó como un fin en sí mismo (“tener app, tener big data”) y no resolvió necesidades concretas. Además, no se trabajó la cultura: los líderes medios siguieron primando el status quo, y la iniciativa perdió fuelle.

Empresa B, competidora de menor tamaño, adopta otro enfoque. Su CEO define el propósito: “ofrecer la experiencia bancaria más simple para pymes”. Identifica que el dolor principal de sus clientes es la lentitud en créditos. Con ese propósito, enfocan la transformación digital en automatizar evaluación de riesgos con IA y en un portal simple para solicitar préstamos. Al mismo tiempo, comunican a sus empleados la visión: “ayudarás a pymes a obtener crédito en 24h en vez de 15 días”. Reorganizan procesos, forman a analistas en las nuevas herramientas de scoring y recompensan comportamientos alineados (por ejemplo, comerciales que enseñan a clientes a usar el portal). El resultado: en un año reducen el tiempo de aprobación a 48h, aumentan cuota de mercado y engagementLa tecnología (IA + portal web) fue importante, sí, pero fue el medio para un fin claro: servicio ágil al cliente, sustentado en un equipo convencido y capacitado.

Este contraste refleja estudios de consultoras: BCG encontró que solo ~30% de las transformaciones tienen éxito, pero aquellas guiadas por una visión y fuerte gestión del cambio cultural multiplicaron por 3 las probabilidades de lograrlo (bcg.com). No se trata de invertir más dinero, sino de invertir mejor, con propósito y personas en el centro.

Conclusión: propósito primero, tecnología después

La lección es clara: digitalizar no es un fin, es un medio. El éxito en la era digital no proviene simplemente de adoptar tecnologías emergentes, sino de usarlas para reforzar la misión de la empresa y aportar valor real a clientes, empleados y accionistas. Antes de preguntarte “¿qué tecnología nos falta?”, pregúntate “¿qué queremos lograr y por qué?”. Ten muy presente el ADN de tu negocio y las expectativas de tus clientes; allí está la brújula para decidir qué herramientas suman y cuáles no.

Luego, prepara el terreno organizacional: liderazgo comprometido (no delegable), cultura proclive al cambio y talento preparado. Con esos ingredientes, las tecnologías correctas encajarán casi de forma natural y los resultados llegarán. Recuerda que transformación digital es en el fondo transformación empresarial. Una empresa con propósito claro aprovechará la digitalización para amplificar su impacto, mientras que una sin rumbo desperdiciará recursos persiguiendo cada “juguete” nuevo.

En suma, no basta con tener tecnología; hay que darle un sentido. La innovación tecnológica debe ir de la mano de la innovación en gestión y cultura. Si logras alinear la tríada propósito – personas – tecnología, tu transformación digital dejará de ser un dolor de cabeza para convertirse en un motor real de crecimiento y competitividad. Empieza por el porqué, comunica la visión, empodera a tu gente, y la tecnología cumplirá su promesa.

Referencias y lecturas recomendadas:

  • BCG (2023). “Five Ways to Beat the Odds on Digital Transformation” – M. Schniering (hasta 70% de las transformaciones fallan sin un enfoque adecuado)bcg.com.
  • Harvard Business Review Analytic Services & Red Hat (2019). Informe sobre transformación digital y cultura. (Solo ~10% iniciativas plenamente exitosas; cultura es mayor barrera que tecnología)digitalhouse.comdigitalhouse.com.
  • Sinek, Simon (2009). “Start with Why”. (La importancia del propósito claro en liderazgo empresarial).
  • IE University Insights (2024). “Cómo el propósito corporativo impulsa el éxito en la era de la IA” – F. Derchi (releva la alineación de propósito con innovación tecnológica)ie.eduie.edu.
  • McKinsey & Company (2021). “Unlocking success in digital transformations”. (Énfasis en liderazgo y cambios organizativos para transformar con éxito).
  • Harvard Deusto (2019). “Según Harvard, la cultura es más importante que la tecnología en transformación digital” – D. Slotniskydigitalhouse.comdigitalhouse.com.

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