IA como nuevo fuego: lo que tu empresa puede aprender de las grandes disrupciones históricas

A lo largo de la historia, ciertas tecnologías han marcado puntos de inflexión que redefinieron cómo vivimos y hacemos negocios. La máquina de vapor desató la Revolución Industrial, la electricidad iluminó ciudades y fábricas, Internet conectó al mundo en segundos… Hoy, muchos comparan la inteligencia artificial con esas grandes disrupciones. El CEO de Google, Sundar Pichai, llegó a decir que la IA es “más profunda que la electricidad o el fuego” en su impacto potencial (mitsloan.mit.edumitsloan.mit.edu). Esta metáfora del “nuevo fuego” es poderosa: así como dominar el fuego transformó la humanidad prehistórica, dominar la IA podría transformar por completo la empresa moderna. En este artículo analizamos qué lecciones pueden extraer las empresas de disrupciones pasadas para enfrentar la revolución de la IA. Veremos paralelismos históricos, errores a evitar y cómo prepararse para un cambio de paradigma que, igual que el fuego, puede dar calor y progreso o “quemar” a quien no lo maneje con cuidado.

El paralelismo histórico: de la electricidad a la inteligencia artificial

“La IA es la nueva electricidad”, afirmó Andrew Ng en 2017, subrayando cómo la IA, al igual que la electricidad en su época, va a impregnar todas las industrias y procesos. Pensemos en los albores del siglo XX: la electrificación tardó décadas en adoptarse plenamente, pero las empresas que la abrazaron antes lograron ventajas inmensas en productividad. Un caso clásico es el de las fábricas: al principio, muchas simplemente sustituyeron la máquina de vapor por motores eléctricos, pero manteniendo la antigua distribución de maquinaria. No fue hasta que rediseñaron por completo la planta (máquinas pequeñas distribuidas en la línea, en lugar de un eje central) que aprovecharon el verdadero potencial de la electricidad (frankdiana.net). ¿La lección? Cada nueva tecnología requiere repensar modelos y procesos, no solo un “cambio de pieza”. Con la IA ocurre igual: poner un algoritmo encima de un proceso anticuado quizá dé alguna mejora, pero las disrupciones profundas vendrán de reimaginar cómo operamos con IA en el centro.

Otro paralelo: las grandes disrupciones suelen ser subestimadas al inicio. Cuando surgieron los computadores en los años 60, gigantes como IBM pensaron que la demanda mundial sería de solo unos pocos equipos. Con Internet pasó algo parecido: a mediados de los 90 muchos creían que era una moda pasajera limitada a entusiastas. Con la IA, a pesar del bombo actual, todavía hay voces que la ven como sobrevalorada. La historia nos enseña que las tecnologías disruptivas suelen atravesar ciclos de hype y decepción, pero a largo plazo terminan cambiando las reglas del juego. Los directivos deberían evitar dos extremos: la indiferencia complaciente (“eso no afectará a mi sector, es ciencia ficción”) y la adopción irracional sin estrategia (“pongamos IA en todo porque sí”). En su lugar, hay que estudiar la tecnología seriamente, hacer pruebas controladas y prepararse para cuando alcance madurez suficiente.

Quien da el primer paso bien calculado suele liderar. En la disrupción del comercio electrónico, Amazon se adelantó experimentando con venta online cuando otros detallistas ni tenían página web. En pocos años, la ventaja acumulada fue insuperable. Del lado opuesto, Blockbuster ignoró el cambio tecnológico hacia streaming por Internet, aferrándose a su modelo de videoclubes físicos hasta que fue demasiado tarde frente a Netflix. Con la IA, es probable que veamos casos análogos: empresas que identifican a tiempo cómo la IA puede redefinir su propuesta de valor e invierten en capacidades, versus empresas que reaccionan tarde cuando los innovadores ya les tomaron terreno. La disrupción no espera a quien duda demasiado.

¿El “nuevo fuego”? Innovación radical con riesgos y oportunidades

La metáfora del fuego es útil: controlar el fuego dio ventaja evolutiva (cocinar alimentos, ahuyentar depredadores), pero también implicó riesgos (incendios). La IA promete avances revolucionarios, desde curar enfermedades hasta automatizar trabajos peligrosos, pero conlleva amenazas (sesgos algorítmicos, pérdida de empleos en ciertas áreas, decisiones opacas). Las empresas deben abordar la IA con ese equilibrio en mente: gran poder requiere gran responsabilidad.

Piensa en la energía nuclear, otra innovación disruptiva del siglo XX: proporcionó energía abundante y también armas destructivas. Las organizaciones que adoptan IA tienen que establecer límites éticos y de seguridad. Un ejemplo actual son las “deepfakes” (videos falsos generados por IA): su proliferación genera desconfianza, por lo que han surgido iniciativas para verificar la autenticidad de contenidos digitales (combinando blockchain e IA, por cierto). Del mismo modo, cada empresa deberá desarrollar gobernanza de IA: políticas sobre cómo usarla, auditar sus decisiones, proteger datos y privacidad. Esto recuerda a cómo las industrias tuvieron que adaptarse tras la Revolución Industrial implantando regulaciones de seguridad laboral, contaminación, etc. No repetir errores del pasado significa anticipar esos impactos negativos y mitigarlos antes de que se salgan de control.

Otra enseñanza de las disrupciones históricas es que traen consigo cambios sociales y culturales profundos. La mecanización desplazó trabajo artesanal, pero creó nuevas profesiones (operarios, ingenieros). La computación hizo obsoletos ciertos roles administrativos, a la vez que emergió toda una economía digital. Con la IA se estima que algunas tareas rutinarias serán automatizadas, pero surgirán nuevas ocupaciones en gestión de algoritmos, interpretación de datos, entrenamiento de sistemas, etc. El Foro Económico Mundial proyectó que la adopción de IA y automatización podría eliminar 85 millones de empleos para 2025, pero generar 97 millones nuevos (weforum.orgforbes.com). Esto implica que las empresas deben invertir en recapacitar (reskilling) y reubicar talento. Aquellas que vean la IA simplemente como recorte de personal perderán en el largo plazo, pues no tendrán la fuerza laboral cualificada para las nuevas funciones. Al contrario, las que gestionen bien la transición, apoyando a sus empleados a evolucionar de rol junto con la tecnología, cultivarán lealtad y know-how difícil de imitar. En cada disrupción, ganan los que lideran la transformación de habilidades en lugar de resistirse a ella.

Casos: transformarse o desaparecer

Veamos un par de analogías concretas para inspirarnos:

  • Kodak vs. Fotografía Digital: Kodak fue pionera en cámaras tradicionales, pero irónicamente también inventó el primer sensor digital en 1975. En lugar de liderar la revolución digital, la empresa la minimizó por temor a canibalizar su negocio de rollos de película. Otros (Sony, Canon) apostaron por lo digital e innovaron en cámaras y luego smartphones con cámara. El resultado es conocido: Kodak quebró en 2012, incapaz de adaptarse a la nueva era. Lección: no aferrarse al viejo modelo de negocio cuando la nueva tecnología altera la forma en que tu mercado obtiene valor. Con la IA, incluso si hoy tu negocio va bien, pregúntate: ¿podría un competidor ofrecer una propuesta mejor usando IA? Por ejemplo, en seguros, startups están usando IA para suscribir pólizas en minutos y a medida, versus aseguradoras tradicionales con trámites lentos. Quedarse de brazos cruzados “porque mis márgenes actuales son buenos” es una invitación a la disrupción externa. Mejor disruptirse a sí mismo a tiempo.
  • Netflix vs. la TV tradicional: Netflix, que comenzó enviando DVDs por correo, supo pivotar hacia streaming online cuando la banda ancha lo permitió. No solo eso, empezó a usar big data y algoritmos de recomendación para entender gustos de usuarios y producir contenido original altamente afinado a la audiencia (famosamente, su serie House of Cards fue concebida respaldada en datos sobre popularidad de ciertos actores, temas y estilo, algo que los canales tradicionales no hacían). En este caso, la empresa adoptó tecnologías de datos e IA para reinventar la experiencia de consumo. Hoy compite produciendo series exitosas apoyada en analítica predictiva. Lección:aprovechar la IA para personalizar y adelantarse a las preferencias del cliente puede ser tu ventaja competitiva disruptiva. Piensa en tu negocio: ¿cómo podrías usar IA para ofrecer algo que antes era imposible – ya sea personalización masiva, servicio en tiempo récord, o predicción de necesidades latentes del cliente?
  • Industria automotriz y vehículos autónomos: Aunque los coches autónomos aún están en desarrollo, empresas como Tesla forzaron a fabricantes centenarios a tomarse en serio la IA aplicada a la conducción. Hace 10 años, la idea de autos que se conducen solos parecía lejana, pero hoy casi todas las automotrices tienen programas avanzados de vehículos autónomos o, mínimo, asistentes de conducción inteligentes. Esto ocurrió porque un actor nuevo (tecnológico) irrumpió y cambió las expectativas del mercado. Lección: la competencia en la era de IA puede venir de fuera de tu sector. Bancos compitiendo con Fintech de IA, supermercados con Amazon, taxis con apps de movilidad, etc. Las empresas deben observar no solo a sus rivales tradicionales, sino a startups o gigantes tech que podrían aplicar IA para brindar el mismo servicio de forma innovadora. La agilidad para colaborar (o adquirir) esas nuevas capacidades es vital. Ford, por ejemplo, se asoció con Argo AI (startup) para avanzar en autonomía.

Preparándose para la disrupción AI: consejos accionables

A la luz de estas reflexiones históricas, ¿qué pasos concretos puede tomar tu empresa?:

  • Educarse y sensibilizar: Aprende sobre IA en tu industria. Identifica cómo ya se está aplicando y qué hitos tecnológicos se esperan (igual que las empresas eléctricas debían saber cuándo la red eléctrica llegaría a su zona, tú debes seguir cuándo una nueva generación de IA –ej. más capaz de razonamiento– podría volverse disponible). Realiza talleres con la directiva para discutir implicaciones de la IA, con casos de otras industrias. Crear conciencia es el primer paso para evitar la negación del cambio.
  • Visión y escenario: Plantea escenarios de futuro para tu sector con IA. Por ejemplo, “¿Qué pasaría si el 50% de las interacciones con clientes son vía asistentes inteligentes en 5 años?” o “¿Y si un competidor logra automatizar completamente la fabricación reduciendo 30% sus costos?”. Juega a “minimizarte”: imagina cómo una empresa pequeña con IA podría quitarte negocio. Esto puede ser incómodo, pero te dará ideas de posibles estrategias a implementar tú mismo antes que otros.
  • Proyectos piloto y talento: Empieza pequeños proyectos de IA ahora, aunque su impacto inicial sea modesto. El mero hecho de implementarlos te hará crear capacidad interna (equipos, infraestructura, cultura de datos). Como vimos, la adopción de las grandes tecnologías es incremental; las empresas deben subir la curva de aprendizaje lo antes posible. Contrata o forma talento en data science, pero intégralos a unidades de negocio para que trabajen juntos en casos reales (no los dejes aislados en I+D sin contacto comercial). Piensa en ello como encender una hoguera controlada en tu patio para aprender del fuego, en lugar de esperar a que un incendio forestal te tome por sorpresa.
  • Flexibilidad organizativa: Adopta principios ágiles y estructuras más planas donde la innovación pueda subir desde cualquier nivel. Las empresas muy jerárquicas sufrieron para adaptarse en disrupciones pasadas por su lentitud. Una cultura que premia la experimentación, la rapidez y la colaboración multidisciplinar es tu mejor defensa contra la irrelevancia. Recuerda que cuando llega una disrupción, las cadenas de mando largas y la burocracia excesiva son lastres. Mejor actúa ahora para aligerarlos.
  • Colaboración y vigilancia: Mantén alianzas con centros de investigación, universidades o startups para estar cerca de la frontera de IA. Como hizo AT&T en su día creando Bell Labs para liderar la electrónica, o las farmacéuticas invirtiendo en biotecnología, hoy quizás te convenga colaborar con un laboratorio de IA aplicada a tu rubro. También, observa regulaciones emergentes: la respuesta social a la IA (leyes, estándares) formará parte del entorno disruptivo, y quien se anticipe a cumplirlos o moldearlos tendrá ventaja.

En síntesis, prepárate, experimenta y adáptate. Las empresas que sobrevivieron y prosperaron en disrupciones previas fueron las que abrazaron el cambio, aprendieron rápido de los tropiezos iniciales y nunca perdieron de vista su propósito esencial en medio de la revolución tecnológica.

Conclusión: innovar con visión, aprender de la historia

La inteligencia artificial bien puede ser el “nuevo fuego” que impulse una era de innovación sin precedentes. Pero como cada fuego, hay que saber encenderlo y usarlo. La historia nos brinda humildad (incluso gigantes pueden caer si se duermen) y confianza (innovaciones temidas inicialmente luego impulsaron prosperidad enorme). En este momento, los líderes empresariales enfrentan la responsabilidad de tomar decisiones proactivas: ni paralizarse por el miedo, ni lanzarse a ciegas, sino encauzar la potencia de la IA en favor de sus organizaciones y la sociedad.

Tu empresa puede aprender de las grandes disrupciones históricas que la adaptación continua y el propósito son fundamentales. La tecnología sin dirección se desperdicia; la visión sin acción tecnológica se estanca. Encontrar el balance es el reto estratégico de nuestra generación empresarial. Aquellas compañías que logren combinar la prudencia del conocimiento histórico con la audacia de la experimentación tecnológica estarán escribiendo su nombre en la próxima historia de éxito. Como dijo un célebre innovador: “La mejor manera de predecir el futuro es crearlo”. La IA será parte del futuro de todos; asegúrate de ser creador y no espectador en esa nueva realidad.

Referencias y lecturas recomendadas:

  • MIT Sloan (2022). “Tech as a powerful agent: Sundar Pichai interview” – S. Brown (IA tan importante como el fuego o la electricidad, visión de Alphabet)mitsloan.mit.edumitsloan.mit.edu.
  • McKinsey Global Institute (2021). “The Next era of industrial electrification”. (Paralelos entre la adopción de electricidad y la adopción de IA; importancia de rediseñar procesos).
  • Foro Económico Mundial (2020). “Future of Jobs Report”. (Estimaciones de impacto de IA/automatización en empleo neto: +12M empleos netos para 2025)weforum.orgforbes.com.
  • Caso Kodak: Harvard Business School (2016). “Kodak’s downfall”. (Análisis de la disrupción digital y la miopía de incumbentes).
  • Caso Netflix: McKinsey & Co. (2018). “Personalization at scale”. (Uso de datos y recomendaciones; 75% de visualizaciones de Netflix por algoritmo)archive.news.ufl.eduforbes.com.
  • Accenture / WEF (2024). “Convergencia de blockchain, IA y realidad extendida”. (Artículos sobre cómo tecnologías disruptivas convergen; destaca la combinación IA+Blockchain para confianza)weforum.org.

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